Por mucho que este artículo mereciera ser de mi inestimable
colega James Moriarty, será mi humilde persona quien traiga esta maravillosa
serie a las páginas de El Quisquilloso.
Supongo que todo el mundo conocerá a Sherlock Holmes, el
célebre personaje de Sir Arthur Conan Doyle. Y es fácil imaginárnoslo en las
neblinosas calles del Londres victoriano husmeando pistas que nadie más parece
ser capaz de encontrar. Pero… ¿alguna vez te lo habías imaginado usando un Smartphone para saber dónde ha llovido
en las últimas horas? ¿O a John Watson escribiendo sus casos no en un libro, sino
en un blog? Pues ahí lo tenemos. La adaptación que hizo la cadena británica BBC
ante la repentina popularidad que volvió a ganar este personaje tras las dos
películas protagonizadas por Iron Ma-, quiero decir, Robert Downey Jr. Situar
la historia en nuestro siglo XXI. Y debo decir que el resultado es más que
redondo. Se adaptan a nuestro tiempo famosísimos casos como El Sabueso de los Baskerville o Escándalo en Bohemia. Y al ser en la
actualidad, Sherlock Holmes puede disponer de un frigorífico donde cómodamente
conservar una cabeza cercenada… o unos pulgares…
Punto negativo, que cada temporada, dos por ahora, sólo
tiene tres capítulos. Vale que duren más que un capítulo medio de cualquier
serie, con aproximadamente hora y media (así que imaginaos las horas que estuve
mirando a la televisión cuando la echaron en Ant*na 3…) . Y creedme, se te
llegan a hacer cortos.
Puntos positivos, así en plural… aparte de un reparto increíble, he de decir que el
trabajo de adaptación es absolutamente maravilloso, y todos los capítulos están
plagados de referencias a la obra original (un guiño a los lectores de Conan
Doyle). Si no te gusta leer, me parece una forma estupenda de acercarte al
mundo del “primer detective asesor”. También es cierto que la serie enaltece la
figura de John Watson, que en las novelas a veces es poco más que un testigo
asombrado por las habilidades de su compañero. Y bueno… ya ni comentar al archienemigo
de Sherlock Holmes, James Moriarty, cuyas apariciones son cuanto menos…
peculiares… (en serio, no volveré a escuchar la canción de Stayin’ Alive de la misma forma que antes…).
En resumen, una muy buena serie, con un argumento sólido,
acción, misterios y también humor. Una recomendación: si por algún casual,
podéis disponer de ello, vedla en inglés (no, esto no es para nada parte de mi
campaña para expandir la influencia del Reino Unido en todas partes, en
absoluto, lo juro). Antes que nadie empiece a protestar de que así no se enteraría
de nada, diré una palabra mágica: “subtítulos”. Realmente merece la pena
escuchar las voces en original, a pesar de que también me guste mucho el doblaje español. Aunque
la voz de Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, entre otros, sea incomparable…
y tenga ese acento británico que tanto me fascina.
Arthur Kirkland
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