Muy buenas, mis quisquillosos.
El martes os dije que iba a traeros dos películas sobre talentos. Pitch Perfect
fue la correspondiente a cantar, hoy toca bailar. Por ello, os presento Step Up
Revolution, la última entrega de la conocida y moribunda saga.
Si la película del otro día era
un ejemplo de lo bien que se podía llevar una película de este estilo, la de
hoy es un perfecto ejemplo de cómo NO hacer las cosas. De verdad os lo digo.
Pero antes de hablaros mal de ella, veamos qué original trama nos ofrece Step
Up.
La película nos sitúa en Miami,
ofreciéndonos dos visiones totalmente opuestas de la ciudad: por un lado, nos
muestran los barrios marginales, y por otro, la zona más lujosa. Todo
novedades, ¿verdad? La cosa mejora, ya veréis. Pues bien, nuestro protagonista
es Sean, habitante de la zona pobre: es un joven buenorro y de buen corazón.
Emily, por otro lado, es una ricachona con ideas propias, muy alejadas de las
de su querido papi. Como veis, los guionistas se estrujaron los sesos en
profundidad a la hora de hacer la trama. Y como muy bien habréis adivinado,
estos dos jóvenes se conocen, y tras bailar tórridamente, se enamoran
perdidamente el uno del otro, comenzando así una lucha por su romance. Guau, se
le encoge el corazón a uno. Todo esto tiene un contexto mayor: el padre de
Emily es un
magnate corrupto, malvado y sin escrúpulos (como todos los
empresarios en Hollywood) que pretende destruir el barrio de Sean para
construir un gran Resort de lujo. Sean pertenece a un grupo de baile conocido
como “The Mob” que trata de ganar un concurso lanzado por YouTube en el cual el
primer vídeo en llegar a los diez millones de reproducciones, gana diez
millones de dólares. ¿Y cómo tratan de ganar semejante suma? Haciendo bailes en
los lugares más inesperados, dando así de qué hablar. De hecho, la película se
abre cuando The Mob paraliza el tráfico en una transitada avenida de Miami para
hacer lo que mejor saben: tocar los cojones bailar. Y hasta aquí puedo
leer.
Este el buenorro del que hablaba |
Como podéis apreciar, se trata de una película muy novedosa. Debería llamarse Step Up Innovation. Ahora en serio. Step Up, como saga, nunca fue santo de mi devoción: siempre era la misma historia. Gente de barrios marginales que lucha por buscarse un lugar en el mundo, a la vez que trata de obtener a la chica que ama. Con Step Up 3, la saga tocó fondo. Es una película malísima: protagonistas repelentes (la parejita es muy poco carismática, y el tal Moose es un niñato que se dedica a vacilar a la chica que está enamorada de él), historia poco interesante, y un largo de etcétera de peros que poner. Para más inri, volvía sobre el tópico de “mis papás quieren que sea médico/ingeniero/profesión de renombre cualquiera, pero yo quiero ser bailarín”. En serio, qué hartazgo. Como parece ser que en la tercera entrega no hubo suficiente de eso, en esta cuarta vuelven a hacerlo. Emily quiere entrar en una compañía de baile de renombre pero papá quiere que herede el imperio, y Sean es obligado por su hermana a trabajar en algo serio y blablablá.
La parejita (Sean y Emily). Qué bien le sienta el traje a Sean. |
Pero la segunda (“Marcha en el
museo”), la tercera (“Petándolo en el restaurante”) y la cuarta (“No estamos en
venta”), son un cambio a mejor en la saga. Hablemos detenidamente de ellas. “Marcha
en el museo” es la segunda que más me gusta, a veces llegando a ser la que más.
Se trata de una escena bastante innovadora, en la que combinan diferentes
estilos de baile con música diferente de la habitual en la saga, y todo con
considerable elegancia. Me sorprendió mucho cuando la vi, pues no me esperaba
algo tan genial en esta película. “Petándolo en el restaurante” me gusta menos,
pero también me parece bastante buena. En este caso, predomina de nuevo la
elegancia, y la música extraña en la saga. Por último, mi favorita, “No estamos
en venta”, es de las mejores que he visto en cualquiera de las cuatro películas
de la saga. Es espectacular, y la música elegida es fantástica. A continuación,
os dejo los vídeos de estas actuaciones, en el orden en que los he presentado.
Este último baile, además,
introduce un nuevo concepto para Step Up: los bailes CON sentido. Quiero decir:
hasta ahora, la gente se ponía a bailar bien porque estaban en una competición,
bien porque les gustaba y se ponían manos a la obra. Ahora no. Este baile es un
baile reivindicativo. Trata de transmitir un mensaje: le dicen al papaíto de
Emily que no piensan abandonar sus hogares, y lo hacen sin faltar, sin actos de
vandalismo innecesarios. Transmiten la idea de que al arte puede ser útil,
puede ayudar a cambiar las cosas (ya no solo salvando a los chicos de acabar
metidos en alguna banda callejera, sino en un sentido mucho más amplio y
significativo).
Solo tengo una crítica más que
hacer a la película. Y se refiere a la trama. No ya por la falta de
originalidad, porque al final consigue el objetivo de entretener. Sino a los
hechos en sí, que en cierto punto dejan de ser lógicos. Os voy a dar los
detalles, pero no os perdéis nada por saber esto. Se ve venir si ves la
película. Pues bien: Eddie es el mejor amigo de Sean desde su tierna infancia,
y es además co-líder de The Mob. Admite a regañadientes a Emily, costándole
aceptarla como una más. Cuando descubre de quién es hija, organiza un
espectáculo tremendo (el quinto baile, que me pareció horrible) y le monta un
pollo enorme a Sean. Básicamente le dice que les ha mentido a todos al ocultar
de quién era hija Emily, y que se ha cargado a The Mob y una innumerable sarta
de tonterías. En una conversación posterior con un conocido de ambos, Eddie
dice a dicho conocido que antes era “Eddie y Sean contra el mundo”, y un montón
de cosas geniales sobre su amistad. Llega un momento en el que piensas que
Eddie está enamorado de Sean. En serio. Yo lo llegué a pensar. Y de ese modo,
las acciones hubieran tenido algún mínimo sentido. Pero no, queda Eddie como un
retrasado de proporciones épicas, y dejan el asunto pasar, volviendo Sean y
Eddie a ser amiguísimos. Cuando ves la película, no entiendes nada. No tiene
sentido. Si vosotros cuando la veáis, porque la vais a ver, os parece que tengo
razón, decídmelo en los comentarios.
Y poco más tengo que decir al
respecto de esta película. El artículo llega a su fin. Nos vemos mañana, con mi
recomendación literaria.
Pasadlo bien, y si no, también.
James Moriarty
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